Elementos para una buena vida

Día 4 del reto de 21 días para hablar sólo de lo que quiero, de lo que me permite ser y atraer amor, sabiduría, plenitud y abundancia.

En mi mente de ingeniero hay algo que es fantástico descubrir: la fórmula para una buena vida. Saber cuáles son las variables y la ecuación que me permiten tener la vida de mis sueños. Por supuesto que hay en mí mucho más que un ingeniero, y aún así la utopía persiste.

Hay momentos de la vida en que creo haber encontrado la quintaesencia de la plenitud, y hay momentos en que me he sentido muy distante. En ésta entrada al blog de hoy quiero compartir lo que es a hoy, en mi actual nivel de conciencia, el secreto de la plenitud:

Soy responsable de lo que sucede en mi vida. Desde que aprendí a ver ésta posibilidad, cada vez que la he dicho en público, inmediatamente aparecía una voz: «y qué pasa con lo que hacen los otros que me afecta? Yo no puedo ser responsable de eso!» Creo en lo que dice alguien (creo que F. Covey), que elegimos el 90% de lo que nos pasa y no elegimos el resto. Si lo dejara hasta acá habría quien dijera – «sí ve, hay 10% que no elegimos!». Mi respuesta ha sido que aunque no elegimos que algunas cosas pasen, sí elegimos, aunque sea de manera inconsciente, nuestra respuesta a aquellas cosas que no elegimos. Mi ejemplo es el siguiente: no elijo los rayos del sol cuando voy a salir a la calle, pero sí elijo si salir o no, sí elijo si protegerme de dichos rayos o no, y, especialmente, elijo cómo sentirme. Siempre tenemos la posibilidad de elegir nuestra respuesta a lo que nos pasa, aún cuando no sepamos que tenemos dicha posibilidad, o aunque sabiendo que la tenemos, no hayamos desarrollado la capacidad de elegir algo distinto a lo que nuestro patrón de comportamiento nos dice.

Escojo los sentimientos que hacen mi experiencia. Por lo tanto, es claro para mí, hoy en día, que tengo a la mano la capacidad de aprender a elegir cómo sentirme en cada momento. Lo que he llamado «gestionar mi estado operacional». En qué consiste ésta gestión? Se trata de elegir en qué de lo que me pasa centrar mi atención, lo que pienso respecto a lo que me pasa y la manera en que mi cuerpo se comporta en el momento. Frente a un mismo hecho puedo centrar mi atención en un número infinito de posibilidades – si veo caer una hoja, puedo enfocarme en la hoja, en el árbol, en el suelo, en el aire, en los átomos, en la causa, en el efecto, en la ciencia, en el arte, en la filosofía, etc., etc. Dado el lugar en el que centro mi atención puedo dar infinitas interpretaciones – en el ejemplo de la hoja, puedo interpretar que es el otoño, que es un pájaro, que es el aire lo que el que causa su caída, que es una ‘señal’ del universo, que es una metáfora de la vida, que es el modelo para la aerodinámica, etc., etc. Si me doy cuenta que estoy en una emoción con la que me siento desempoderado, y quiero empoderarme, puedo hacer «movidas» con mi cuerpo que me ayuden a entrar en otra emoción más empoderante, esto lo hacen los actores para poder realizar sus roles.

Establezco los objetivos que voy a alcanzar. Lo que facilita que me haga responsable de lo que me pasa y de mi elección de sentimientos es que sepa qué es lo que quiero en la vida. Usualmente cuando hablo de esto las personas me lo escuchan como un futuro distante, sin embargo con esto me refiero a establecer lo que quiero y los objetivos que quiero en el presente, y que por supuesto van hacia el futuro. Al final del día, es cierto que cuando queremos cambiar algo en nuestras vidas, de lo que se trata es de cambiar la forma en que nos sentimos o nuestros comportamientos, de acuerdo? Así que, es importante empezar por establecer si mi objetivo es cambiar la forma en que me siento o si lo que quiero es cambiar mi comportamiento. Como dice la frase célebre: «quien no sabe para dónde va, cualquier viento le sirve; pero quien sabe para dónde va, ajusta las velas».

Todo lo que parece sucederme es conforme a mi compromiso. Creo que somos energía y que la energía que somos interactúa con la energía del mundo a través de vibración. La manifestación de nuestra energía es a través de la acción, y veo dos tipos de acción, la acción ‘visible’ a los sentidos y la acción sutil [del pensamiento]. He aprendido que el origen de la acción es el compromiso y que siempre estamos comprometidos, aunque no lo sepamos o no nos demos cuenta. Somos compromiso. Como dice uno de mis maestros (Bob Dunham)»el compromiso no es discrecional, no elegimos si nos comprometemos o no; así que la pregunta no es si estás o no comprometido, la pregunta es con qué estás comprometido». A manera de ejemplo, si voy pasando frente a una panadería y entro a comprar pan porque no pude resistir la tentación con el olor que percibí, estoy comprometido con algo muy distinto que si al pasar por frente a la panadería decido seguir de largo sin entrar a comprar pan. Que esté bien o no comer pan no es el punto del ejemplo, el punto es que nuestro compromiso se manifiesta en la acción y en los resultados de dicha acción.

Qué tanto te comprometes con lo que quieres? Sabes qué es lo que quieres? Tus acciones hablan de tu compromiso con lo que quieres?

Leí alguna vez la anécdota de una persona a quien su padre le preguntó varias veces qué quería? – tiquetes para el concierto, un viaje, un carro, o algo más, respondía él. Un día su padre, después de escucharlo pacientemente cada vez, le preguntó si quería amor, conexión, inspiración, fe, esperanza, felicidad y propósito. De ésta manera le enseñó a pedir tanto por las cosas como las cualidades, emociones y valores que quería para el día a día. Verdaderamente creo que si estamos comprometidos con una buena vida, nos viene muy bien aprender a hablar de lo que dicha vida significa para nosotros, a pensar en las maneras de acceder a ésa vida «ahora», a sentir lo que se siente tener la experiencia de esa vida y aprender a pedir lo que consideremos útil para tenerla.

Qué es una buena vida para ti?

Categorías Reto de 21 días, Transformación

3 comentarios en “Elementos para una buena vida

  1. Me cuesta pensar en recetas ya que por mucho tiempo busque seguirlas hasta que me di cuenta que ellas no son garantía. Y al ver que no es una receta sino unos elementos para mezclar, combinar, y agregarle otros más, me da ganas de ir a cocinar!

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